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lunes, 7 de octubre de 2013

8:22 0
Joan Villaplana, Licenciado en Humanidades y graduado en Fotografía, ejerce la docencia en el ámbito de las artes visuales en distintos niveles de enseñanza. Ha expuesto su trabajo fotográfico en el China Pingyao Internacional Photography Festival, en la Central European House of Photography de Bratislava, en la Lumen Fundation de Budapest, en el Lodz Fotofestiwal, en el Centro Cultural de España en Guatemala y en la Galería Lipoli&Lopez de Roma. Ha colaborado en prensa en medios como Le Monde Diplomatique, La Vanguardia, Financial Times, The Wall Street Journal, Prensa Libre, Surface, Etiqueta Negra y On Diseño. En 2008 fue nominado al Photobook Award del New York Photo Festival por el libro Metropolis. En 2011 ha presentado el largometraje documental Small World.
"Metrópolis"
Tiene forma de libro, y está compuesto por fotografías de estaciones de tren y metro urbano de diferentes ciudades europeas. Son imágenes en color, de momentos de espera en el andén, en Berlín, Roma, Madrid, Barcelona o Lisboa, entre otras, realizadas entre 2002/05. Joan nos presenta en esta colección de fotografías a sujetos anónimos, actores sociales de una obra de teatro especial que tiene lugar en el subsuelo. Como si de un escenario se tratase, somos espectadores del quehacer de unos personajes que no conocemos, que no se conocen, que poco interactúan entre sí. Las fotografías nos presentan escenas cotidianas del otro lado del andén, del que podemos ver incluso la fosa en la que una orquesta imaginaria podría acompañar de música al momento capturado.











- FotoGrafic: Joan, cuéntanos cosas de ti... ¿Como nace tu vínculo con la fotografía?
- Joan Villaplana: Es un vínculo muy antiguo: mi abuelo era fotógrafo, empezó a principios del siglo pasado como retratista de estudio; mi padre, mis hermanas y una gran parte de mi familia también han sido fotógrafos, ¡incluso de niño me caí dentro de un depósito de revelador en el laboratorio de mi casa!
Desde siempre tuve cámaras y película a mi disposición. Mi padre y toda mi familia siempre han visto el mundo a través de un visor. A parte de lo que aprendía en casa, quise estudiar fotografía. Necesitaba oír nuevas voces y atender a nuevas miradas. Estudié en GrisArt, en Barcelona, e hice asignaturas y talleres por todas partes. Pero una vez acabados los estudios me di cuenta que necesitaba ampliar mi formación más allá de la propia fotografía. Así que decidí no disparar una sola foto en 4 años para dedicarme a explorar nuevos ámbitos del conocimiento. Quería buscar nuevos fundamentos para empezar de nuevo mi lenguaje.
Estudié Humanidades y al acabar la carrera dudé acerca de si retomar la fotografía; no tenía claro que ésta pudiera ser mi mundo nuevamente. Sin embargo, con el tiempo, empecé a tirar fotos. Ahora eran distintas. Luego tuve la oportunidad de realizar un encargo sobre paisaje urbano que me llevó a desarrollar en paralelo el proyecto Metrópolis.

- FG: ¿Ni una sola foto en 4 años! ¿Por qué te impusiste esa regla? ¿En qué sentido cambió tu fotografía después de ese parón?
- J.V: Me sentía muy perdido con los proyectos de encargo que recibí en la escuela. Tenía claro que debía aprender muchas cosas antes de sacar una nueva imagen. Cuando volví a sacar imágenes había otra sensibilidad y otros conceptos detrás de la cámara. Mis inquietudes eran distintas.

- FG: Joan, háblanos de Metrópolis. ¿Qué te capturó de las estaciones que te llevó a comenzar este proyecto?
- J.V: Este proyecto de paisaje urbano me permitió viajar por varias capitales europeas. Empecé a trabajar en blanco y negro la superficie de las ciudades. Tenía claro que podía aprovechar aquellos viajes para desarrollar algo más que los paisajes del encargo. Cuando llevaba tres o cuatro ciudades, estando en París, me encontré con Barbès-Rochechoart, una estación del barrio más multicultural de la ciudad. Allí vi el teatro que se realiza diariamente en las entrañas de la urbe, y era en color.
En París y en todas las ciudades observamos este teatro cotidiano. Me interesaba buscar un lenguaje, una voz propia a través de la observación. Así que hice las primeras imágenes y, de hecho, después de cinco años y muchas otras ciudades, aquella primera imagen seguramente sigue siendo la más representativa del proyecto.

- FG: Es un trabajo que te ha llevado años, y muchas fotografías ¿qué buscabas cuando realizabas las fotos? ¿qué tenía que tener la escena para que te llamase a disparar?
- J.V: El otro andén es también un espejo, un mirador público donde uno tiene la percepción de ser observado de igual forma. Así que había que reconstruir el mirador de forma fría y rígida, siempre igual. Dependiendo de la ciudad y del momento siempre había combinaciones o "puestas en escena" interesantes. Me es difícil explicar que buscaba exactamente en muchas de ellas, ya que tampoco dependían de mi. Me encontraba delante de una escena improvisada cada vez pero, generalmente, visualizaba rápidamente la composición del fondo. Entonces, me colocaba con la cámara y esperaba a que se compusiera la escena. 
En el caso de Marseille Saint Charles, por ejemplo, la imagen vino después de muchas horas de espera en esta estación. Tenía claro como debía ser el encuadre, con el trampantojo del TGV. Lo tenía preparado. La espectadora sentada, la pareja y el beso llegaron milagrosamente después de mucha espera y calor...
Imagino que tienes muchas anécdotas sobre este trabajo, cuéntanos alguna...

- FG: ¿Qué proyectos tienes ahora en marcha?
- J.V: Estoy trabajando en una interpretación visual de la obra del compositor norteamericano John Cage. A través de su música se puede indagar sobre el silencio no solo musical sino también visual.
También estoy elaborando un proyecto sobre la Pasión de Cristo en la música de Henrich von Biber, un compositor austrohúngaro del Barroco. Una música mística y maravillosa que puede atravesar cualquier corazón laico. Proviene de un encargo y es una realización videográfica. Me gustaría empezar el montaje de un largometraje que llevo dos años rodando en un centro comercial y estoy intentando cerrar un proyecto que empecé en el río Ebro en 2007. Me cuesta tanto cerrar los proyectos... Siempre piden mejoras, ampliaciones, cuidados.

- FG: Entonces, ¿podemos considerar Metrópolis un proyecto ya cerrado?
- J.V: Más o menos. Pero nunca sé decir que algo es definitivo... Aún así, es el único proyecto que me da paz en este sentido.

- FG: ¿Cómo comienzas los proyectos? ¿Los proyectos, por decirlo de alguna forma, te encuentran o los buscas?
- J.V: Mi inquietud busca, pero generalmente son los proyectos quienes me encuentran. Luego me pongo a su servicio.

- FG: Te licenciaste en Humanidades, ¿qué te ha aportado a la hora de enfrentarte a tus trabajos fotográficos?
- J.V: Tantas cosas.... Apertura de miras, intertextualidad, concepto y sensibilidad. Sin embargo, cuando llevaba un par de meses estudiando, pensé que quizás tanto racionalismo no favorecía la creación artística, sino todo lo contrario. Me dije a mi mismo que si aquéllo diluía algún tipo de sensibilidad que yo pudiera tener dejaría ipso facto la facultad. Menos mal que no llevé a cabo mis planes de joven idealista.... ¡Pero fue una paranoia recurrente durante bastante tiempo! Tenía la sensación que podría convertirme en ser académico frío e insensible que pensaba haberlo visto todo... Todo puede estar visto, sí. Pero hay infinitas perspectivas que hacen redescubrir lo que pensábamos conocer.
 - FG: También te dedicas a la enseñanza, que creo que siempre es un camino de ida y vuelta, un proceso de constante aprendizaje por ambas partes. ¿cómo te sientes como profesor?
- J.V: Como profesor me siento alumno.

- FG: Por último Joan, ¿donde está tu web? ¿cómo te encontramos?
- J.V: No tengo web. Nunca la he tenido y aunque me compré un dominio por la presión de mi entorno, nunca tengo claro que deba hacerme una galería con mi nombre... Estoy buscando la forma.

Nos ha encantado hablar con Joan!!! Muchas gracias por estar con nosotras!!!


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