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| Bryan Schutmaat |
El Fotógrafo del fotógrafo: Alex Llovet
¿Cuál es tu fotógrafa/o favorita/o? ¿Por qué o qué es lo que te atrae?
Y, ¿cuál sería la fotografía?
Hace ya unos meses, Davinia me contactó para participar en este blog con dos preguntas aparentemente muy sencillas: cual es mi fotógrafo favorito y porqué. Ante todo debo disculparme por haber tardado tanto en contestar pero la verdad es que a lo largo de este tiempo, cuantas más vueltas le daba al asunto, más lejos me encontraba de la respuesta. Me explico.
De entrada no soy nada mitómano. Siempre me ha parecido que el trabajo de cualquier gran autor se compone de unas pocas obras maestras, y de un montón de trabajo de fondo en busca de esos escasos y tan deseados momentos en los que todos los elementos se conjugan para acercarnos a algo sublime, a la Belleza.
Además desde que empecé a introducirme en el mundo de la fotografía, unos veinte años atrás, habrán pasado por mi retina centenares, miles de autores... ¿Cómo quedarme con uno solo?
La primera duda que se me plantea es: ¿Escoger a un autor clásico o bien a uno contemporáneo? Está claro que hay un montón de autores pioneros de aquellos que descubrimos durante las clases en el IEFC cuya obra merece todo mi respeto, y con imágenes tan icónicas como emocionantes. Pero también es cierto que hay autores más cercanos a mi generación, con una obra fascinante, y que han conseguido grabar a fuego algunas de sus imágenes en mi memoria...
La segunda duda, y no por ello menos importante es: ¿Con qué tipo de fotografía quedarme? ¿Los trabajos que giran entorno al Territorio? ¿Los que indagan acerca de la Identidad? ¿O los que se centran en el compromiso con lo social? Además disfruto por igual con autores que trabajan al pausado ritmo de una cámara de placas, meditando cada imagen hasta la saciedad, como con otros que Leica en mano se adentran en el ritmo frenético de las grandes ciudades persiguiendo la adrenalina que generan los momentos de acción...
Dicho todo esto, y como Davinia también me pedía una imagen para acompañar este post, he decidido quitarle hierro al asunto, y hablaros del último libro que ha llegado a mis estanterías. Su nombre es “Grays the Mountain Sends”, su autor el americano Bryan Schutmaat, y sin lugar a dudas es una de esas obras que nunca más olvidaré. El libro es un retrato trágico y lírico a la vez de pequeños pueblos de montaña del Oeste americano. Schutmaat trabaja con una cámara de gran formato combinando retratos, paisajes e interiores de manera emotiva y exquisita.
Y como el tema de estos post es reivindicar u homenajear a grandes fotógrafos, he escogido una imagen en esa dirección, muy significativa del libro. Se trata de la fotografía que cierra el libro en su primera edición, y la penúltima de su segunda edición. Y tiene la particularidad de ser, por un lado la única presencia femenina de todo el libro, y por otro, un claro homenaje de Schutmaat a uno de los grandes autores clásicos americanos: William Eggleston.
De entrada no soy nada mitómano. Siempre me ha parecido que el trabajo de cualquier gran autor se compone de unas pocas obras maestras, y de un montón de trabajo de fondo en busca de esos escasos y tan deseados momentos en los que todos los elementos se conjugan para acercarnos a algo sublime, a la Belleza.
Además desde que empecé a introducirme en el mundo de la fotografía, unos veinte años atrás, habrán pasado por mi retina centenares, miles de autores... ¿Cómo quedarme con uno solo?
La primera duda que se me plantea es: ¿Escoger a un autor clásico o bien a uno contemporáneo? Está claro que hay un montón de autores pioneros de aquellos que descubrimos durante las clases en el IEFC cuya obra merece todo mi respeto, y con imágenes tan icónicas como emocionantes. Pero también es cierto que hay autores más cercanos a mi generación, con una obra fascinante, y que han conseguido grabar a fuego algunas de sus imágenes en mi memoria...
La segunda duda, y no por ello menos importante es: ¿Con qué tipo de fotografía quedarme? ¿Los trabajos que giran entorno al Territorio? ¿Los que indagan acerca de la Identidad? ¿O los que se centran en el compromiso con lo social? Además disfruto por igual con autores que trabajan al pausado ritmo de una cámara de placas, meditando cada imagen hasta la saciedad, como con otros que Leica en mano se adentran en el ritmo frenético de las grandes ciudades persiguiendo la adrenalina que generan los momentos de acción...
Dicho todo esto, y como Davinia también me pedía una imagen para acompañar este post, he decidido quitarle hierro al asunto, y hablaros del último libro que ha llegado a mis estanterías. Su nombre es “Grays the Mountain Sends”, su autor el americano Bryan Schutmaat, y sin lugar a dudas es una de esas obras que nunca más olvidaré. El libro es un retrato trágico y lírico a la vez de pequeños pueblos de montaña del Oeste americano. Schutmaat trabaja con una cámara de gran formato combinando retratos, paisajes e interiores de manera emotiva y exquisita.
Y como el tema de estos post es reivindicar u homenajear a grandes fotógrafos, he escogido una imagen en esa dirección, muy significativa del libro. Se trata de la fotografía que cierra el libro en su primera edición, y la penúltima de su segunda edición. Y tiene la particularidad de ser, por un lado la única presencia femenina de todo el libro, y por otro, un claro homenaje de Schutmaat a uno de los grandes autores clásicos americanos: William Eggleston.
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